No es raro ver carteles en los lugares de trabajo que recuerdan a los empleados que deben limpiar lo que ensucian. Si hacerlo es importante en las cocinas de las oficinas, es doblemente importante en las obras de construcción. Mantener el orden en las obras y eliminar los residuos puede ayudar a evitar accidentes, prevenir daños e incluso elevar la moral de los trabajadores.
Las estrategias de Transferdez Sevilla que se exponen a continuación son un buen punto de partida para mantener limpia una obra.
1. Establezca un programa de limpieza
Establezca un sistema de limpieza que implique a todos los miembros del equipo. Haga hincapié en la importancia de la limpieza y la eliminación de los residuos una vez creados, y asigne tareas específicas a personas concretas para que se responsabilicen de ellas.
Para mantener el orden en la obra, utilice el sistema de las 5S, un método de organización del lugar de trabajo inventado en Japón que consiste en asegurarse de que todo tiene un lugar designado y en retirar los artículos que no se utilizan. Para fomentar el cumplimiento, utilice charlas sobre la caja de herramientas para recordar a todos los beneficios de un lugar de trabajo limpio y organizado, como la mejora de la seguridad y la eficiencia.
2. Separar los residuos
Las empresas de construcción pueden estar obligadas a reciclar materiales como el metal, la madera y, a veces, el hormigón. Además de la normativa federal, es posible que tenga que seguir las normas de reciclaje estatales o regionales. Y el contrato puede estipular qué materiales o restos deben desviarse de los vertederos, junto con los índices de desviación previstos para los residuos sólidos no peligrosos.
Respete las normas y designe pilas, cubos y contenedores para los materiales sobrantes. Hágalo con antelación para que no se tire accidentalmente nada que deba conservarse o reciclarse. En general, aunque los contenedores de reciclaje deben ser de fácil acceso, cuantos menos contenedores haya para cada tipo de material, mejor para mantener bajos los costes de transporte y minimizar los obstáculos en la obra. Considere la posibilidad de contratar a una empresa que se dedique a la gestión de residuos y reciclaje para empresas de construcción.
3. Eliminar los residuos en su origen
Cuantos menos residuos lleguen o se generen en la obra, menos habrá que eliminar y limpiar. Elija productos con el mínimo embalaje. Mida cuidadosamente para pedir sólo los materiales que necesita, en los tamaños óptimos. Compre materiales de calidad para tirar menos tacos deformados, por ejemplo. Aprovecha el uso de elementos prefabricados cuando sea posible.
4. Mantener los residuos bien contenidos
Mantener los residuos tapados, literalmente, es importante, sobre todo cuando los residuos pueden derramarse, evaporarse u oler. Los contenedores y bidones de productos deben estar bien cerrados. Utilice el contenedor adecuado para el tipo de residuo peligroso. Marque el contenedor para indicar su contenido y asegúrese de que está en buenas condiciones. Los contenedores de aceite usado deben estar libres de fugas, defectos estructurales y oxidación severa, por ejemplo. Utilice un recinto cerrado si lo almacena cerca del agua o de un desagüe.
Todos los trabajadores deben recibir formación sobre la gestión de residuos peligrosos en relación con su función laboral. Asegúrese de que todo el mundo sabe dónde desechar los materiales inflamables y combustibles.
Los trapos aceitosos no son sólo un peligro de tropiezo; también son inflamables. De hecho, pueden arder espontáneamente. Por eso deben almacenarse en un contenedor metálico con tapa, preferiblemente con cierre automático. Programe la retirada frecuente de los residuos peligrosos para mantener las zonas limpias y evitar incendios y accidentes.
Para disuadir a los buceadores de contenedores y cualquier uso no autorizado de su contenedor, considere la posibilidad de ponerle un candado.
5. Gestione el polvo de forma segura
Utilice controles de ingeniería y de prácticas de trabajo, como sistemas de recogida de polvo, para limitar el polvo en el aire durante determinadas tareas, como el aserrado o el amolado de hormigón, piedra o mortero. Reduzca la cantidad de polvo que se crea instalando sistemas de agua que vaporicen o rocíen la hoja de corte.
6. El último barrido
Las últimas impresiones cuentan. Realizar una limpieza final durante el cierre dejará una buena impresión en el cliente y posiblemente le ayudará a conseguir más proyectos en el futuro. Elabore una lista de comprobación de las tareas, como barrer, fregar, limpiar todas las superficies, lavar los cristales y retirar los restos de pegatinas. Y no te olvides de retirar la basura.
Si has establecido una buena rutina de limpieza al principio del trabajo, la limpieza debería ser un paso final relativamente fácil.